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La propuesta

Se trata de recuperar lo que uno es. Orientarse en medio del caos de fuerzas internas y externas que nos piden ser algo. Darse una tregua para poder acceder a una mente clara. Permitirse ser.

 

Es fundamental curarse desde el centro de uno mismo.

 

 

Miro hacia el inmenso poder que tiene parir, parir tal y como se hizo desde el principio de los tiempos. Imagino la poderosa fuerza de la naturaleza creando los mecanismos biológicos para perpetuar la vida en la Tierra, la Vida creando organismos con cada vez mayor nivel de complejidad, cada vez más precisos, siguiendo algún tipo de propósito que desconocemos y que sólo en agraciados momentos podemos llegar a intuir. No es casualidad que al embarazo se le llame estado de gracia. No es sólo que el parto y el nacimiento sea un hecho que trasciende el plano biológico, es que la propia biología trasciende los límites de las influencias físicas y fisiológicas.

Investigo el impacto terapéutico que tiene la recuperación de la conciencia corporal, focalizada en el útero. Es en el contexto de un trabajo psicoterapéutico, desde una psicología integrativa que implica diversas técnicas. 

 

Propongo una vía de trabajo. Busco una experiencia corporal relativa al centro, a la sensación sentida del centro vital. 

 

Funciona el útero para este propósito, pues sus características hacen de él un órgano de consciencia, que nos permite a través de la mirada caleidoscópica, tocar diversos y determinantes aspectos de nuestro estar en la vida. 

 

Me interesa trabajar con la recuperación del tejido, procurar el restablecimiento del pulso uterino; un centro vital despierto que recupera la normalidad de su función fisiológica e instintiva.  

 

 

A cada palabra le sigue la oportunidad de recuperar el significado original y ganar sentido de vida. 

 

Todo puede volver a mirarse con ojos de ver la vida entera, y desde ahí bien vale volver a preguntarse quiénes sómos, de dónde venimos y cómo es que llegamos hasta aqui.

 

 

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