ALICIA DOMÍNGUEZ
PSICOLOGíA
Doula por la salud primal
La oxitocina es el programa que la vida creó para preservarnos a través del cuidado, el amor y la unión. Es una hormona profundamente tímida, delicada. Precisa de un entorno seguro e íntimo para manifestarse. Como cualquier acto de amor y sexualidad, el parto requiere de máxima delicadeza para poder ser plenamente lo que es. Requiere respeto del ritmo y el tiempo, del sonido, la luz y el olor del ambiente. Requiere de mucho tacto en el contacto. Requiere de confianza en ella, en su fuerza y su vulnerabilidad. Requiere respeto.
La capacidad de amar se desarrolla desde nuestra concepción, hasta el nacimiento y nuestras primeras horas de vida. Es en este periodo que las hormonas y el sistema nervioso desarrollan las bases para nuestra capacidad de sentir calma, placer, alegría, confianza…Mi propósito se orienta en rescatar la experiencia del embarazo y el parto-nacimiento como un periodo esencial en la vida de la madre, el bebé, la familia y la sociedad. La estrategia es sencilla: cuidar el mecanismo de oxitocina como factor de protección y desarrollo.
La salud primal
Las hormonas son un macadam de inteligencia; los aspectos de la vida sobre los que son capaces de influir son, sencillamente, todos. Pues no es tan solo que la Oxitocina anime las contracciones uterinas durante el trabajo de parto, es que influye en el sistema completo; para que podamos relajarnos y dilatar, para que seamos propensas al contacto, para que confiemos en los que nos rodean, para que sintamos amor. Todos y cada uno de estos estados tiene una expresión bioquímica, un tono emocional, tiene una postura, una luz especial en la mirada, un determinado ritmo cardíaco, una manera de respirar, una cualidad distinta en la voz, una actitud respecto al otro, una forma de entender lo que sucede, una atenuada velocidad del pensamiento, un estado de consciencia más amplio, más abierto, que permite en algunos momentos encontrar cierta sensación de completud, de unidad, de vínculo.
El proceso del parto es el momento en el que mayor cantidad de oxitocina hay en nuestro torrente vital. Más que en ningún otro momento, y no hay ninguna otra manera de acceder a él. El estado de gracia al que puede acceder una mujer a partir del proceso de parto fisiológico, aporta una experiencia de vida única, perfectamente programada en el sistema biológico humano.
Fotografía: Eduardo López-Jamar
wü es el sonido que respira
El propósito fundamental del acompañamiento es favorecer y proteger el mecanismo de oxitocina.
Si quieres que hablemos sobre ello y nos encontremos, puedes contactarme en este número y en esta dirección de correo